domingo, 30 de julio de 2017

Adiós cuna

- Mama, tienes chocolate (señalando mi boca).
- No, troll...
- Abre la boca
(me apresuro tanto como puedo a esconder la golosina que me estaba comiendo, debajo de la lengua)
- Aaaaaa
(el troll mira dentro de mi boca muy detalladamente, arriba, abajo y a los lados,
y se da por satisfecha).
- Vale, mama

Uff.

El jueves pasado abrimos la cuna del troll por uno de los lados, así que ahora puede salir de la cama sola. El experimento "colchón en el suelo" de hace unas semanas no nos salió bien y hubo que ponerla en la cuna de nuevo, pero esta vez ha sido todo un éxito, mucho más de lo que esperábamos. Desde el minuto en que pudo, subió y bajó sola unas cuantas veces y puso a sus muñecos a dormir. ¡Estaba tan feliz!

Cuando llegó la hora de acostarse, se subió ella sola a la cama y después de un par de historias y tres o cuatro canciones (sí, lo sé, tenemos que trabajar en reducir esos números), se dispuso a dormir.
Al poco rato, oímos ruido a través de la alarma. Cuando su padre fue a mirar, la peque había encendido la luz y estaba leyendo. Papa la dejó de nuevo en la cama, con la luz apagada.
Poco después, oímos la puerta de su habitación. La encontramos en el pasillo, y cuando nos vió echó a correr hacia su habitación. Cerramos la puerta y ya no la volvimos a oír hasta la mañana siguiente.

La segunda noche, no salió de su cama.

El sábado, incluso durmió la siesta. Se quejó y no quería ir a la cama, pero una vez dentro, después de los cuentos y las canciones, se quedó dormida.

Próximos retos: adiós chupete, adiós pañal.

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