lunes, 2 de enero de 2017

Solidaridad

Hace unas semanas, mientras jugaba en el suelo con el ya-no-tan-pequeño troll, me di un ligero golpe en la cabeza contra la mesa del comedor.

- ¡Ouch! 

(la peque se gira a mirarme)

- Mami se ha dado un golpe en la cabeza.

- ¡Beza! ¡Au!

Seguidamente, el troll se levanta del suelo, se acerca a su mesa, se agacha, y tal cual (para mi sorpresa) se da un cabezazo voluntario contra su mesa. 

- ¡Au!¡Cabeza! 

Parte de mí quería partirse de la risa, pero mi hija venía caminando a mis brazos después del cabezazo solidario y tuve que mantener la compostura. 

¡Qué cosas se les ocurren a estos críos! Parece que queda bastante claro que alguien quiere ser como mamá (y mamá encantada).