lunes, 9 de noviembre de 2015

Post aburrido sobre sillitas de coche


Hoy, después de mucha investigación, por fín nos hemos decidido por la siguiente sillita para el coche. Y es que navegar el océano de los productos de bebé no es tarea fácil.

La silla actual es supuestamente hasta los 13kg, pero se le queda ya pequeña. La pobre no puede llevar chaqueta si va en la silla, y eso tampoco es ideal. Llevamos mucho tiempo intentando encontrar algo que cumpla con nuestros requisitos:

1. Que sea segura: que haya pasado tests, sobretodo suecos. Los suecos son mucho más exigentes con sus sillas que la media, así que si ellos dicen que es bueno, ten por seguro que es de lo mejor.

2. Que nos quepa en el coche: Y es que nuestro Ford Fiesta no da para mucho.
3. Que no sea demasiado cara.

En conexión al punto 1, lo ideal es que la peque pueda ir sentada mirando hacia atrás tanto tiempo como sea posible. Aquí dicen que es cinco veces más seguro para el bebé ir sentado de espaldas en comparación con ir de frente y aconsejan que los peques vayan mirando hacia atrás hasta los 4 años.

Por desgracia, eso afecta directamente al punto 2, pues las sillas que van hacia atrás ocupan mucho más espacio y dejan menos sitio para pasajeros. Y afecta también al punto 3, porque estas sillas son mucho más caras (el doble o el triple que otras).

Pero con la seguridad no se juega, y hemos aunque hemos tardado, al final creemos que hemos dado en el clavo. Hemos tenido que comprometer un poco el punto 2 (es decir, que mamuchi no irá tan cómoda como iría con otras sillas), pero ese es el único donde teníamos un poco de flexibilidad.



Empezamos mirando el modelo Cybex Pallas. Éste en lugar de tener cinturón de seguridad de 5 puntos, tiene un cojín de seguridad. Esto es algo nuevo que muchas marcas estan adoptando, pero que en realidad es algo viejo que por alguna razón se está repescando.

De primeras parece que estas nuevas sillas con cojín en lugar de cinturón son mucho mejores para el bebé porque la fuerza del impacto se reparte más y las lesiones en el cuello son menores que al quedar los hombros frenados por el cinturón, en cuyo caso la cabeza se proyecta hacia adelante. Otros estudios dicen que los dummies usados para los test de colisión no son capaces de registrar el tipo de lesiones asociadas al uso de cojín en lugar de cinturón, con lo cual parece que es que el pequeño saldría ileso, cuando la situación es que no se cononce la posible gravedad de las lesiones sostenidas en ese caso. Hay personas que comentan que sus peques se escapan de detrás del cojín de la silla cual Houdini. En cualquier caso, y además porque estas sillas sólo se instalan hacia adelante, decidimos que no la queríamos.

Cuando estuvimos seguros de que queríamos que el pequeño troll fuera de espaldas, empezamos a mirar algunas Britax, que además tienen modelos que están hechos para coches pequeños como el nuestro. Y ahí estábamos casi decididos y simplemente faltaba encontrar el mejor precio.

Entonces papuchi encontró otra oferta. La BeSafe Izi Combi X3. Marca noruega y seguridad garantizada. Además permite instalación tanto de espaldas como de cara, y esto es un plus porque no hay manera de saber cuando la peque se va a hartar de ir mirando el respando del asiento trasero y va a demandar tener una ventana por la que chafardear. Y en ese caso tener una Britax Max Way que sólo puede ir mirando hacia atrás implicaría quizás tener que comprar una silla nueva.

En fin, que nos hemos quedado la BeSafe, de momento. La hemos probado en el coche antes de comprarla, pero no la hemos instalado propiamente. Eso lo haremos esta tarde. Instalarla, poner a la peque dentro y ver qué tal (no vaya a ser que la tengamos que devolver).

Ahora con un poco de suerte, hasta los 4 años estamos cubiertos (que tal y como van las cosas igualson dos años y no cuatro, pero también me vale).


jueves, 5 de noviembre de 2015

Maternidad

SEIS MESES.

No me lo creo. Mi peque tiene ya medio año. El tiempo no perdona.

De excursión al bosque hace dos días

Parece que fue ayer cuando la trajimos a casa hecha un burrito en su edredón (hace tiempo que eso ya no es posible). Las llamadas al médico porque no la podíamos despertar para comer, o porque no hacía caca. La pesadilla de la lactancia. Las horas pasadas mirándola dormir plácidamente. El miedo a cogerla así o asá, a hacer algo mal. Las sonrisas accidentales que acompañaban normalmente a un pedo o una caca. Más tarde las sonrisas voluntarias y luego la risa. Esa risa que te alegra al alma, sea cual sea la situación.

No hay mejor sonido en el mundo que esa risa.

Y eso es la maternidad. 

Verla crecer y convertirse en una personilla con carácter y personalidad. Observarla mientras descubre un mundo de sabores, sonidos, colores, olores y texturas con la curiosidad, la ilusión y la inocencia de alguien que nunca ha sido decepcionado. Ver la sonrisa en sus labios y en sus ojos cuando asomas por su cuna cada mañana. Como si fuera lo mejor que le ha pasado nunca.

Derretirte cuando estira los brazos hacía ti para que la cojas. O cuando dice "mamamamamama".
Que se te duerma en los brazos y no querer ponerla en su cuna, por agotada que estés y por mucho que te duela el cuerpo. Verla llorar y que se te encoja el corazón. Pensar que harías lo que fuera para que no tenga que llorar nunca jamás.

Escribir todo esto en un blog y llorar como una boba porque has empezado a trabajar y sientes que no pasas suficiente tiempo con ella. Porque ya han pasado seis meses y cuando quieras darte cuenta tendrá 13 años y te convertirás en su peor enemiga. Llorar por no poder hacerle entender lo mucho que la quieres, porque aunque ella entendiera lo que dices, no podrías expresarlo en palabras. Porque cada momento es único y se acaba. Por no poder volver atrás y acurrucarla en tu pecho una vez más.

Eso es la maternidad.

Salimos menos, gastamos más y hace un año que no duermo una noche entera. Mis hobbies se han reducido a cantar canciones cuyas letras no recuerdo y tirarme al suelo con juguetes, sonajeros y utensilios de cocina varios. Mi cuerpo refleja el camino recorrido con pliegues y señales. Mis conversaciones son monotemáticas.

¿Y me importa? NO.

Hay personas que encuentran un trabajo que las realiza, y me parece perfecto (y lo envidio). Yo me he casado y he formado una familia. Y hacerlo me ha llenado y completado de una manera que no creía posible. Se ha añadido una pieza al puzle que no sabía que faltaba. 

Y sí, entiendo que mi peque va a crecer y hacer su propia vida (ahí vienen las lágrimas de nuevo) y tengo que intentar conservar mi identidad (más allá de mamuchi) para que el amor incondicional no se convierta en dependencia absoluta. 

Entiendo que poco a poco habrá que ir dándole espacio para que sea la mujer fantástica e independiente en que se va a convertir. 

Entiendo que llegará el día en que me convertiré en "la pesada de mamá" y sólo me quedará la esperanza de que en el futuro ella también sea mamá y comprenda lo maravilloso e indescriptible de este viaje al que llaman maternidad. 

Es un regalo. Es un privilegio. Es biología pero es un milagro. Es especial. Es único.

Es magia.