martes, 30 de junio de 2015

Ocho semanas

El tiempo vuela y encontrar momentos para sentarme actualizar el blog se hace más y más complicado. Ocho semanas hoy... qué locura.

La pequeña ya está muchísimo más despierta - de hecho, la gente se suele sorprender de lo atenta que está y de la gran cantidad de contacto visual que hace con todo el mundo para la edad que tiene. Además, cada día aumenta más su repertorio de ruiditos varios con los que intenta comunicarse con el mundo. Es para comérsela :)

A veces hay momentos
inexplicablemente enternecedores
También empieza a usar las manos con un poco más de coordinación, sobretodo cuando se trata de agarrarme la mano con la que sujeto el biberón para asegurarse de que no me lo llevo. Intentar llevarse el biberón a la boca cuando se lo ofrezco es otro clásico. No nos engañemos, se sigue dando tortazos en la cabeza sin querer, pero cada vez menos.

Lo que no lleva demasiado bien es el levantar la cabeza cuando está panza abajo. Para ser totalmente sincera, lo lleva fatal. Y papuchi y yo tampoco le estamos haciendo ningún favor cuando se nos olvida ponerla panza abajo un ratito cada día... pero es que nos rompe el corazón ver como llora la criatura. Es un poco como una tortuga boca arriba, pero al revés. Y uno se plantea hasta que punto hay que obligar a un bebé a hacer cosas que no quiere hacer por su bien. Por supuesto todos los papás y mamás quieren que su retoño sea el primero en aguantar la cabeza, en gatear, en andar, en hablar... pero yo quiero pensar que con una cantidad de estimulación razonable todo llega a su tiempo.

Aquí parece que el verano está llegando por fin. Por suerte, poco a poco (y con mucha preparación) podemos ir haciendo más cositas. El domingo tuvimos una fiesta familiar y sobrevivimos (más o menos). Papuchi y yo acabamos siempre comiendo por turnos y no socializando demasiado (además se nos olvidó la alarma/monitor así que no podíamos dejarla sola durmiendo en el cochecito), pero tampoco es un gran problema. El día 18 de julio tenemos una boda... a ver qué tal se nos da eso.

El pequeño troll se ha plantado ya en los 5.5kg y no la hemos medido pero lleva ropa de la talla 62 con mucha comodidad. El domingo incluso le pusimos una chaqueta de la 68, remangada pero utilizable. Llevarla en brazos un rato largo empieza a ser un reto (sobretodo si hay que ir dando botecitos) y cada mañana al despertar me parece más enorme. Para cuando mi familia y amigos lleguen a verla va a ser un monstruo. Que por cierto, una señora me comentó el domingo que la peque tiene los dedos muy largos. Esto ya me lo había dicho mi tía, pero a mí me parecía que no... pues va a ser que igual sí. Manos de pianista que dicen... o de ladrona ;)

Y ya que he sacado el tema... cómo le gusta a la gente hablar y dar consejos que nadie ha pedido. El domingo me tuve que morder la lengua media docena de veces para no decirle a la gente que no se metan en lo que no les importa. Cuando no decían que le hacía falta un gorrito para el sol (atención porque estuvo nublado y lloviendo todo el día), me decían que le pusiera aceite en las cejas que las tenía secas (cosa que ya hacemos) o que cómo es que tan pequeña le estaba dando el biberón. En este último caso casi salto a la yugular y le digo a la buena señora (una tía de papuchi) que ya me gustaría a mí no tener que hacerlo pero que no hay más remedio. Es increíble el estigma que representa dar el biberón a un bebé cuando supuestamente sólo tienes que amamantarlo. Y es increíble que la gente comente en algo tan personal como es esto (no es la primera que me pregunta, ni será la última).

En fín, que nuestros días se van llenando de unas cosas y otras. Ayer hicimos la preinscripción a la guardería (bueno, enviamos la lista de preferencias a las autoridades) y mañana tengo visita de mi grupo de madres. Y es que aquí te ofrecen organizarte con un grupito de gente de tus alrededores que haya tenido una criatura más o menos al mismo tiempo que tú, para poder hablar de cosas y compartir experiencias con gente en la misma situación. La primera sesión es en mi casa. Cinco mamis más y seis bebés (una tuvo gemelos) que no se dónde voy a meter... pero algo haremos. A ver qué tal va.


jueves, 18 de junio de 2015

5 kilos

La pequeña es cada día menos pequeña. 58 centímetros y 5 kilos, a fecha de ayer.

Cabe decir que los 5 kilos pueden ser en realidad un poco menos, teniendo en cuenta la cantidad de caca que hizo el troll un par de horas después de ser pesada. Estaba yo cambiándole el pañal (sucio de caca) cuando de repente, ya limpia pero sin pañal nuevo, decidió hacer un poco más. Perfecto, pensé, porque hacía tres días que sólo encontrábamos pipí. Así que la limpié otra vez, y una vez limpia y a punto de recibir un pañal nuevo... otro apretón. Caca número 3. Vaya, con razón te quejabas tanto, si tenías todo esto dentro, le dije. Y procedí a coger más toallitas.
Esto se repitió una y otra vez hasta lo que fue la caca número siete. Sí, siete. No, no es una exageración. No puedo imaginarme como habría quedado el pañal si hubiera tenido que retener toda esa cantidad de material. Seguramente no habría podido retenerlo, así que bien por mi niña por evitarnos ese festival.

El domingo pasado tuvimos el bautizo. A diferencia de lo que se hace en España, aquí fue una celebración muy familiar: padres, abuelos y hermanos. Y una representante de mi familia también, por lo cual estaré siempre agradecida. No se cómo es la ceremonia en otras partes, pero aquí nosotros fuimos a la misa normal del domingo, y a la mitad del servicio nos llamaron y se hizo el bautizo (nada, ni 5 minutos) y seguidamente nos volvimos a sentar y la misa prosiguió con normalidad.
A pesar de que mamuchi empezó abriendo el libro de salmos aleatoriamente por la canción número 666, la peque se portó de manera ejemplar. Medio endormiscada al principio pero despierta después, y ni un sólo llanto hasta que estuvimos solos haciendo las fotos. Todo el mundo comentó lo buena y lo bonita que es. Feel like a boss.

Aquí se aprecia más o menos
el vestido tradicional. Nótese el
lazo lila en lugar del rosa de rigor
Y va a ser que sí que es buena. Llora, como todos los bebés, cuando necesita algo. Tampoco puede hacer más, angelito. Pero de resto es un amor. Ni siquiera llora tanto, creo yo. A veces cuesta ponerla a dormir, pero luego descansa 4 o 5 horas seguidas por la noche. Y lo más importante de todo, está sana.

Ayer le dieron la notícia a papuchi de que un conocido suyo (amigo de un amigo) había perdido a su bebé. Su mujer estaba embarazada de 6 meses cuando un día el médico descubrió que el feto había fallecido in utero.
Papuchi y el futuro papá habían estado bromeando online sobre que pronto él compartiría nuestro destino de cambio de pañales y noches en vela, y ahora de repente... esto. Cosas así ponen tu vida en perspectiva. Nos dieron ganas de darnos cabezazos contra la pared al recordar nuestras quejas porque la pequeña llora mucho o no se duerme. Tenemos suerte. Mucha suerte.

lunes, 8 de junio de 2015

El tiempo vuela

¡Madre mía! ¡Ya ha pasado más de un mes! 

De alguna manera parece que debería haber pasado muchísimo más tiempo, y a la vez ha pasado rapidísimo. Tan rápido, que ya empiezo a tener los clásicos momentos de ¡Oh no! ¡Se está haciendo tan mayor tan rápido! ¡No quiero que crezca!

Por un lado tanto papuchi como yo tenemos ganas de que responda un poco más y de que pueda aguantar la cabeza sola (nos parece tan frágil aún...), pero a la vez es aterrador ver lo rápido que está creciendo. Ya empieza a llevar camisetas de bebé de 3 meses (talla española, que son de 57 a 62cm), aunque le quedan un poco holgadas. Ya parece reconocernos mucho mejor (se nota especialmente cuando un extraño la tiene en brazos y empieza a llorar y se calma al volver a los brazos de mami) y sonríe más a menudo. Come más y mejor, aunque seguimos con los gases (y seguiremos un par de meses más). 

Todavía se nos hace muy duro salir por ahí con ella, pero poco a poco vamos haciendo. A ver si la acostumbramos a ir en el ergobaby (portabebés) y nos movemos un poco más.

En otro orden de cosas, hoy tenía hora para regularme las gafas (porque no veo bien ni con ellas ni sin ellas). Durante el embarazo te puede cambiar la graduación y así he ido, medio cieguita en la distancia durante todo esos meses. Ahora que el bebé ya está fuera, quería volver a ver el mundo con claridad y pasé por la óptica. Resulta que mientras sigas dando el pecho, la graduación puede seguir cambiando. ¡Yay! Así que tengo que esperar a dejar de dar el pecho (recomiendan que se de exclusivamente durante 6 meses y luego ocasionalmente hasta el año) para hacerme las gafas nuevas. O pagar dos veces. Creo que iré a una óptica más económica a pedir un presupuesto, porque es bastante incómodo tener estos dolores de cabeza. Y eso que aún no he empezado a trabajar...

martes, 2 de junio de 2015

El llanto fantasma

Si la última vez que escribí había sido un buen día, estos últimos han sido más bien regulares.

La peque sigue teniendo muchos gases atrapados (no tengo ni idea de cómo tremendos pedos salen de algo tan chiquitito) lo que se traduce en un sueño muy interrumpido. Y si ella no duerme, papuchi y mamuchi tampoco. Bueno, papuchi un poco más que mamuchi.

Y es que a mí se me da un poco mejor calmarle los nervios al troll, probablemente porque reconoce mi voz (después de meses oyéndome constantemente) y porque el dar el pecho parece que hace efecto ;) Esto frustra mucho a mi media naranja, pero los dos sabemos que mejorará cuando la peque empiece a ser un poco más consciente del mundo. Lógicamente saber algo y lidiar con ello no son la misma cosa, pero paso a paso.

Los gases ponen a la peque de mal humor...
 En fín, que han sido días de estar en la cama o el sofá con la peque encima durmiendo. Porque la única manera de que duerma más de diez minutos seguidos es tenerla encima o en los brazos e ir dando botecitos constantemente para que el aire vaya pasando y saliendo. Y aquí aprovecho para desmentir dos mitos muy arraigados a la cultura popular:
  1. Los bebés tan pequeños no se malacostumbran o malcrían por tenerlos en brazos constantemente. En realidad, necesitan el contacto (cuanto más mejor) para un desarrollo emocional sano. También necesitan que se les coja cuando lloran, tan pronto como sea posible. Contra lo que se suele oír, los bebés no tienen la capacidad de llorar premeditadamente cuando quieren ser arropados. Y aunque así fuera, si la peque necesita estar en brazos debe ser por algo (le duele algo, le asusta algo, se siente sola, está triste...). ¿Por qué negar una necesidad tan básica como es la de afecto y cariño? 
  2. En el caso de los bebés de pocos meses (no sé si después esto cambia o no), cuanto más y mejor duermen de dia, más y mejor dormirán de noche. No vale eso de Si duerme demasiado durante el día, después no dormirá de noche. Parece ilógico y de hecho yo aprendí esto hace poco y aún no he tenido la ocasión de confirmarlo, pero está sacado de una fuente fiable así que me lo creo.
Con las cosas como están, la peque llora un poco más de lo normal. Y de ahí el título del post: ha llegado un momento en que oímos llantos que no existen. Es como aquello que les pasa a algunos, que creen que han oído su teléfono sonar o vibrar, pero no.
A veces estoy en el baño y juraría que la oí llorar y salgo corriendo y la encuentro durmiendo plácidamente (esos 10 minutos de gloria). Creedme cuando os digo que es una mierda. Como si no tuviera poco con el número de llantos legítimos, como para sumar los imaginarios.

Para colmo el pequeño muffin está experimentando con sonidos nuevos, y por supuesto le da por hablar de noche. Porque mamuchi no se despierta cada dos por tres con cada ruido sospechoso (nótese la ironía).

Conclusión: Duermo poco y mal. O así me siento. Porque tengo que admitir que hay veces que la peque duerme 6 horas seguidas (normalmente de las 8 de la tarde en adelante), después de horas intentando ponerla a dormir. Yo aprovecho e intento dormir al menos 4 o 5 de esas horas... pero cuando "duermes"despertándote a cada rato y levantándote a ver si ha vomitado/regurgitado algo de leche o si está despierta o si se ha destapado... pues descansar lo que se dice descansar... más bien poco.

Pero eh, no es culpa de la peque. Si ella pudiera dormir mejor, lo haría. Y si pudiera decidir no tener gases, lo haría. Y si pudiera comunicarse de una manera más efectiva que un llanto o un grito, lo haría. Pero no puede, así que es tarea nuestra ser las personas adultas que somos y echarle un par.