lunes, 9 de noviembre de 2015

Post aburrido sobre sillitas de coche


Hoy, después de mucha investigación, por fín nos hemos decidido por la siguiente sillita para el coche. Y es que navegar el océano de los productos de bebé no es tarea fácil.

La silla actual es supuestamente hasta los 13kg, pero se le queda ya pequeña. La pobre no puede llevar chaqueta si va en la silla, y eso tampoco es ideal. Llevamos mucho tiempo intentando encontrar algo que cumpla con nuestros requisitos:

1. Que sea segura: que haya pasado tests, sobretodo suecos. Los suecos son mucho más exigentes con sus sillas que la media, así que si ellos dicen que es bueno, ten por seguro que es de lo mejor.

2. Que nos quepa en el coche: Y es que nuestro Ford Fiesta no da para mucho.
3. Que no sea demasiado cara.

En conexión al punto 1, lo ideal es que la peque pueda ir sentada mirando hacia atrás tanto tiempo como sea posible. Aquí dicen que es cinco veces más seguro para el bebé ir sentado de espaldas en comparación con ir de frente y aconsejan que los peques vayan mirando hacia atrás hasta los 4 años.

Por desgracia, eso afecta directamente al punto 2, pues las sillas que van hacia atrás ocupan mucho más espacio y dejan menos sitio para pasajeros. Y afecta también al punto 3, porque estas sillas son mucho más caras (el doble o el triple que otras).

Pero con la seguridad no se juega, y hemos aunque hemos tardado, al final creemos que hemos dado en el clavo. Hemos tenido que comprometer un poco el punto 2 (es decir, que mamuchi no irá tan cómoda como iría con otras sillas), pero ese es el único donde teníamos un poco de flexibilidad.



Empezamos mirando el modelo Cybex Pallas. Éste en lugar de tener cinturón de seguridad de 5 puntos, tiene un cojín de seguridad. Esto es algo nuevo que muchas marcas estan adoptando, pero que en realidad es algo viejo que por alguna razón se está repescando.

De primeras parece que estas nuevas sillas con cojín en lugar de cinturón son mucho mejores para el bebé porque la fuerza del impacto se reparte más y las lesiones en el cuello son menores que al quedar los hombros frenados por el cinturón, en cuyo caso la cabeza se proyecta hacia adelante. Otros estudios dicen que los dummies usados para los test de colisión no son capaces de registrar el tipo de lesiones asociadas al uso de cojín en lugar de cinturón, con lo cual parece que es que el pequeño saldría ileso, cuando la situación es que no se cononce la posible gravedad de las lesiones sostenidas en ese caso. Hay personas que comentan que sus peques se escapan de detrás del cojín de la silla cual Houdini. En cualquier caso, y además porque estas sillas sólo se instalan hacia adelante, decidimos que no la queríamos.

Cuando estuvimos seguros de que queríamos que el pequeño troll fuera de espaldas, empezamos a mirar algunas Britax, que además tienen modelos que están hechos para coches pequeños como el nuestro. Y ahí estábamos casi decididos y simplemente faltaba encontrar el mejor precio.

Entonces papuchi encontró otra oferta. La BeSafe Izi Combi X3. Marca noruega y seguridad garantizada. Además permite instalación tanto de espaldas como de cara, y esto es un plus porque no hay manera de saber cuando la peque se va a hartar de ir mirando el respando del asiento trasero y va a demandar tener una ventana por la que chafardear. Y en ese caso tener una Britax Max Way que sólo puede ir mirando hacia atrás implicaría quizás tener que comprar una silla nueva.

En fin, que nos hemos quedado la BeSafe, de momento. La hemos probado en el coche antes de comprarla, pero no la hemos instalado propiamente. Eso lo haremos esta tarde. Instalarla, poner a la peque dentro y ver qué tal (no vaya a ser que la tengamos que devolver).

Ahora con un poco de suerte, hasta los 4 años estamos cubiertos (que tal y como van las cosas igualson dos años y no cuatro, pero también me vale).


jueves, 5 de noviembre de 2015

Maternidad

SEIS MESES.

No me lo creo. Mi peque tiene ya medio año. El tiempo no perdona.

De excursión al bosque hace dos días

Parece que fue ayer cuando la trajimos a casa hecha un burrito en su edredón (hace tiempo que eso ya no es posible). Las llamadas al médico porque no la podíamos despertar para comer, o porque no hacía caca. La pesadilla de la lactancia. Las horas pasadas mirándola dormir plácidamente. El miedo a cogerla así o asá, a hacer algo mal. Las sonrisas accidentales que acompañaban normalmente a un pedo o una caca. Más tarde las sonrisas voluntarias y luego la risa. Esa risa que te alegra al alma, sea cual sea la situación.

No hay mejor sonido en el mundo que esa risa.

Y eso es la maternidad. 

Verla crecer y convertirse en una personilla con carácter y personalidad. Observarla mientras descubre un mundo de sabores, sonidos, colores, olores y texturas con la curiosidad, la ilusión y la inocencia de alguien que nunca ha sido decepcionado. Ver la sonrisa en sus labios y en sus ojos cuando asomas por su cuna cada mañana. Como si fuera lo mejor que le ha pasado nunca.

Derretirte cuando estira los brazos hacía ti para que la cojas. O cuando dice "mamamamamama".
Que se te duerma en los brazos y no querer ponerla en su cuna, por agotada que estés y por mucho que te duela el cuerpo. Verla llorar y que se te encoja el corazón. Pensar que harías lo que fuera para que no tenga que llorar nunca jamás.

Escribir todo esto en un blog y llorar como una boba porque has empezado a trabajar y sientes que no pasas suficiente tiempo con ella. Porque ya han pasado seis meses y cuando quieras darte cuenta tendrá 13 años y te convertirás en su peor enemiga. Llorar por no poder hacerle entender lo mucho que la quieres, porque aunque ella entendiera lo que dices, no podrías expresarlo en palabras. Porque cada momento es único y se acaba. Por no poder volver atrás y acurrucarla en tu pecho una vez más.

Eso es la maternidad.

Salimos menos, gastamos más y hace un año que no duermo una noche entera. Mis hobbies se han reducido a cantar canciones cuyas letras no recuerdo y tirarme al suelo con juguetes, sonajeros y utensilios de cocina varios. Mi cuerpo refleja el camino recorrido con pliegues y señales. Mis conversaciones son monotemáticas.

¿Y me importa? NO.

Hay personas que encuentran un trabajo que las realiza, y me parece perfecto (y lo envidio). Yo me he casado y he formado una familia. Y hacerlo me ha llenado y completado de una manera que no creía posible. Se ha añadido una pieza al puzle que no sabía que faltaba. 

Y sí, entiendo que mi peque va a crecer y hacer su propia vida (ahí vienen las lágrimas de nuevo) y tengo que intentar conservar mi identidad (más allá de mamuchi) para que el amor incondicional no se convierta en dependencia absoluta. 

Entiendo que poco a poco habrá que ir dándole espacio para que sea la mujer fantástica e independiente en que se va a convertir. 

Entiendo que llegará el día en que me convertiré en "la pesada de mamá" y sólo me quedará la esperanza de que en el futuro ella también sea mamá y comprenda lo maravilloso e indescriptible de este viaje al que llaman maternidad. 

Es un regalo. Es un privilegio. Es biología pero es un milagro. Es especial. Es único.

Es magia.

martes, 20 de octubre de 2015

Vida social

Hoy hemos vuelto a ver a nuestro grupo de mamis y babies después de muchísimo tiempo (seis semanas o así). Por fin los peques tienen una edad en la que ya interaccionan mínimamente - aunque mi peque es la más mayor, y se nota la diferencia. 

Y esta es la pandilla maravilla (falta una que estaba malita)

También hemos empezado a dejar al troll en dagpleje. El viernes nos quedamos con ella y todo bien. Ayer la dejé media hora y cuando volví estaba llorando, lo cual no dió mucha confianza. Pero la verdad es que la peque estaba super cansada y nadamás llegar a casa cayó rendida durante más de una hora y media. Hoy ha ido mejor. La he dejado 45 minutos y al volver estaba bien tranquila, sentada en el suelo jugando.

De momento, al dejarla solo un ratito, no me ha resultado muy duro. Cuando la deje para irme a trabajar ya veremos cómo va la cosa... De todas maneras, prefiero mirar la situación de manera positiva: menos mal que tenemos la opción de dejarla en algún sitio, y así tanto papuchi como yo podemos desarrollarnos profesionalmente.

En otro orden de cosas, hemos comprado una sillita nueva para el coche, pues la que va hasta 13kg se le está quedando ya pequeña (la peque ronda los 10kg, pero por ejemplo no puede llevar chaqueta puesta en la sillita de ahora). Muy a nuestro pesar, ha tenido que ser de las que miran hacia adelante. Se dice que es más seguro que los peques sigan sentados de espaldas tanto tiempo como sea posible (hasta los 4 años se recomienda), pero en nuestro caso no es posible por el simple hecho de que no nos cabe en el coche. O mejor dicho, nos cabría si no pensáramos llevar nunca nigún otro pasajero y o papuchi o yo fuéramos sentados atrás con la peque. Vamos, que no es ideal.
De entre toda la oferta, que como con todas las cosas de bebé parece infinita, nos hemos decantado por una Cybex Pallas (con Isofix), ganadora de unos cuantos premios y transformable para adaptarse al bebé cuando vaya creciendo. A ver qué tal nos va :)

martes, 13 de octubre de 2015

Cambios y compras

Se me pasan los días que ni me doy cuenta.
Ya estoy progresivamente volviendo al trabajo y el viernes la peque empieza a ir (también progresivamente) con su cuidadora.

Ha pasado casi medio año ya. No me lo creo.

La vuelta a la vida de mujer trabajadora traerá cosas buenas y malas. Las malas, pues obviamente que el pequeño troll va a pasar más tiempo con una extraña que con su padre y su madre. He tenido momentos muy bajos por este tema, pero ya me voy convenciendo a mí misma de que nadie puede reemplazar a mamuchi. Las buenas, que algún tipo de rutina nos vendrá bien.

Además de esto, en diciembre nos mudamos. De nuestro mini-piso a una casa adosada en medio de la nada. Más espacio y más calidad de vida (esperamos). También más trayectos en coche a todas partes, y más largos, pero algun contra tenía que tener la mudanza (aparte de la mudanza en sí, que para mí es una pesadilla). Veremos qué tal va.

En cuanto a la pequeña princesa vikinga, sigue preciosa, lista y sana como siempre. Está un poquito más de rato panza abajo, y tiene más estabilidad sentada. Habla y ríe y se come sus cereales (aunque sinceramente no se nos da muy bien eso de dárselos cada día). Prueba frutas (aunque no debería) y verduras, y se lo mete absolutamente todo en la boca. Le apasionan las hojas de papel con texto y las etiquetas de los muñecos. Sea lo que sea lo que esté haciendo, si suena la canción de Hawaii 5.0, calla y se da la vuelta a mirar a la tele. Si hay cabello a su alcance, se agarrará como si no hubiera mañana. Y supongo que en poco tiempo empezarán a salir dientes. Por esto último, he hecho un par de compras:

Un collar de dentición (teething/nursing necklace). 
Hecho en silicona especial para que la mamá lo
lleve y el bebé lo pueda mordisquear cuando le apetezca.
Básicamente un mordedor fashion para llevar
al cuello y tener siempre a mano.

Otro mordedor, esta vez estilo chupete.
Fácil de agarrar, y las rugosidades tipo
frambuesa ayudan a aliviar las encias durante la dentición.

Un termómetro con la punta flexible.
Yo no tenía ni idea de que esto existía,
pero realmente es una gran idea cuando
uno ha de medir temperaturas rectales. 

Además también he comprado un vaso que controla el flujo de agua para que el bebé pueda aprender a beber y hacer la transición de biberón a vaso.

Me encanta encontrar estas cositas y aunque no son totalmente imprescindibles le pueden hacer la vida más fácil a una servidora. Ya os contaré qué tal van.



lunes, 28 de septiembre de 2015

Bebé unicornio

Hace muchísimo que no escribo, y es que hemos estado ocupadas visitando a mi familia y amigos. Obviamente, no ha habido tiempo de sentarse al ordenador (y es buena señal).

En resumen: mi niña es un cielo, un encanto, un ángel caído del cielo... un bebé unicornio - de esos que si cuentas las cosas parecen fantasía pero no lo son. 

En el avión no había niña. Bueno, en el vuelo de ida sí, pues iba encandilando a los pasajeros de las filas posteriores con su sonrisa. Ahí tuvimos suerte además, y disfrutamos de un asiento entre el de papuchi y el mío, donde la pusimos a dormir un rato. 
El vuelo de vuelta iba lleno, y el pequeño troll fue todo el camino sentadita en mi regazo. Y ahí se quedó dormida durante un buen rato (y mamuchi bien incómoda durante horas para intentar ser un colchón decente). Durante el aterrizaje había dos o tres bebés llorando. Uno sobretodo gritaba desesperadamente, y a mí se me partía el corazón. Muy probablemente estaba sufriendo mucho por los cambios de presión en los oídos y nadie podía hacer nada. Pero mi niña fue una santa. Ni una queja ni un grito ni un suspiro. Una campeona. 

Tanto en el despegue como en el aterrizaje intentamos darle un biberón, porque el ir tragando ayuda a igualar la presión en los oídos y que no se les taponen. Quizás fue eso. Yo la notaba super relajada, sentada en mi regazo, medio recostada sobre mí. Ni agarrarme los dedos, ni agitarse, ni decir ni mú. Y eso que a la vuelta llevábamos una hora y cuarto de autobús, más dos de aeropuerto, más dos y media de vuelo. 

Echando la vista atrás, de hecho, no nos podemos quejar en absoluto. Siempre ha llorado o bien por hambre o bien por sueño. También por dolor, sobretodo gases. Pero nunca ha sido quejica ni llorona. Con los extraños se porta super bien y en general (y con más o menos esfuerzo por nuestra parte) duerme casi en cualquier parte. Ahora lleva días con una irritación bastante fea en los genitales (yo culpo a unas toallitas con aloe vera que usamos durante las vacaciones) y si no fuera porque es obvia al cambiarle el pañal, ni lo sabríamos. 

En nada va a hacer 5 meses y la veo enorme. Ya se aguanta sola sentada (aunque si no estamos ahí sentados con ella, aún ponemos cojines alrededor) y todo el tiempo quiere estar o sentada o de pie. Habla y habla y ríe y hace pedorretas. En la bañera disfruta sentada. Va aceptando más las papillas de cereales (hay que decir que la marca que probamos durante el viaje huele a natillas y me la comería hasta yo). En la última siesta le he dado el chupete y la mantita y se ha dormido sola. Ya lleva ropa de talla 9 a 12 meses (y la de 12 meses de alguna que otra marca también). Tantos cambios en tan poco tiempo...

Y a mí en nada me toca volver a trabajar y me va a dar un síncope. ¿Cómo ha pasado todo tan rápido? ¿Dónde está mi bebé, al que podía achuchar y acurrucarme en el pecho? 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Septiembre

¡Otro mes que ha llegado volando! La peque hace 4 meses el sábado y estas últimas semanas han pasado mil cosas.

Lo más importante, ¡el pequeño troll conoció a su abuela! Mi mami demostró fuerza sobrehumana al enfrentarse a su ansiedad a volar y coger un avión solita hasta estas latitudes. La peque la recibió super bien, la verdad es que no me lo esperaba. ¡Qué manera de reír! Yo estoy bastante convencida de que reconoció su voz, de todas las veces que la ha oído por Skype. 

Y nada, 4 noches estuvo por aquí en casa. Estuvimos haciendo un poco de turismo cada día, teniendo en cuenta que la peque aún no tiene muchísimo aguante. 

El lunes volamos nosotros para allá, a pasar un par de semanas. A ver qué tal se comporta el troll cuando estemos enlatados en el avión.

Además, hemos empezado a intentar darle cereales. El primer día pareció recibirlos bien, pero luego mamuchi cometió el error de añadir pera al mejunje y ahora no hay quien se coma el cereal solo. El pasado lunes estuvimos con la enfermera y nos comentó que mejor esperar con la fruta, porque esta tan rica que luego cuesta que acepten otra cosa. ¡Pues anda que la peque no ha probado cosas ya! Pera, manzana, fresa, melón, tomate, guisantes... Compramos hace unos días un invento que me parece maravilloso.

Imágenes de archivo del invento del siglo
En inglés lo llaman feeder y la verdad no encuentro traducción para el cachivache. Se mete un pedacito de lo que sea en el bolsillo de silicona, y el niño puede morderlo o chuparlo cual chupete, y el jugo sale por los agujeritos. Imposible atragantarse con trocitos de esta manera.

En fin, que tendremos que seguir intentándolo con el cereal a secas. Y con un poquito de agua para ir bajándolo.

En cualquier caso, la fórmula sigue siendo la base de su alimentación. El pecho ya no lo coge desde hace días (o semanas) y en consecuencia a mamuchi tampoco le queda mucha leche. También tengo que reconocer que ya me he cansado del sacaleches, las semillas, el té y toda la parafernalia. El tiempo dedicado a sacarme los pocos mililitros de leche que produzco prefiero invertirlo en otras cosas, sobretodo ahora que voy a ver a la familia. Y cuando vuelva a trabajar ya ni imaginarlo. Así que nada, biberones y poco a poco papillas.

De resto, el troll es menos bebé cada día. Tiene más control en las manos y en las piernas. De hecho se ha caído del sofá un par de veces, empujándose con las piernas y haciendo una voltereta en el aire antes de caer de cara al suelo. ¡Menudo susto! El nuestro y el suyo. Pusimos hielo en la frente y no ha salido chichón ninguna de las dos veces, pero ahora siempre hay un cojín en el suelo delante del sofá. No se puede fiar una, estas cosas pasan súper rápido. Apartas la vista un segundo, y está ya en el suelo. 

Otra novedad es la televisión. Le fascina. Intentamos no tenerla encendida, y a veces la mira y se queja. La enciendes y se emociona y ríe. Da igual lo que pongamos, dibujos o series. Hawaii 5.0 le entusiasma (aunque con Alex O'Loughlin en pantalla no se la puede culpar). Otra cosa de la que tenemos que hablar con la enfermera - aunque el resto de madres de mi grupo dicen que sus bebés hacen lo mismo. 

Ahora mismo la tengo aquí en el sofá durmiendo y a ratitos se medio-despierta y mira a la tele un par de minutos y luego se vuelve a dormir. Con su chupete (¿había dicho ya que acepta el chupete para dormir?) y su mantita.
Una mantita de estas, es la que abraza la peque para dormir
Y poco más. Ahora de vacaciones y a disfrutar las pocas semanas antes de volver al trabajo.
¡Escribiré al volver! ¡Aloha!

lunes, 24 de agosto de 2015

Probando cositas nuevas

Ya hace unos cuantos días que la peque probó fruta por primera vez. Fue un pedazo de nectarina.

Hoy le he dado a probar otra vez, y se ha agarrado a la nectarina con voracidad como si no hubiera mañana. Tanto se ha emocionado que se ha soltado un poco de pulpa y se la ha tragado. Por un momento pensé que se me ahogaba la niña!!! Pero no.

Qué ganas de que nos llegue el pedido que hice el otro día... ya haré una reseña en unos días.

En otro orden de cosas, la peque empieza a hacer siestas decentes otra vez. Además, ya no necesita dormir encima mío (lo cual sospecho debería hacerme más feliz), con el chupete y su animalito (y de momento también algo de compañía humana) más o menos se va quedando dormida. Por un lado es un descanso y por otro es muy triste.
Ya hace días que no quiere ponerse al pecho, y ahora ya tampoco duerme sobre mí... aún no ha hecho cuatro meses y ya es una despegada. Que alguien me devuelva al bebé que se quedaba dormido en mis brazos :(

viernes, 21 de agosto de 2015

Vacunada

El miércoles le pusieron las primeras vacunas al troll. Un cocktail contra difteria, tétanus, polio, Hib y tos ferina en un muslo, y pneumococco en el otro.

Así quedó la pequeña
después de la visita con la enfermera



El resto de la tarde estuvo bien, algo más calmada de lo normal pero contenta. Estuve en mi reunión de mamis y no hubo ningún percance. La noche ya fue otra historia. Empecé a notarla un poco caliente sobre las 7 o así, pero no se quejaba así que no le dimos demasiada importancia. Un par de horas después, empezó a llorar y le tomamos la temperatura: 39.2

La única manera de calmarla fue tumbándola en el cambiador (el cambio de pañal suele ser una experiencia muy positiva) y poniéndole toallas frías en la frente. Así pasamos un ratito y le fue bajando la temperatura. La desvestimos y con paciencia la puse a dormir.

Mis intentos de taparla con una sábana fina fueron en vano, pues últimamente todo lo que le cubre las piernas acaba arrugado a los pies de la cuna al instante. Se le da muy bien eso de destaparse. El resto de la noche pasó con normalidad y no ha vuelto a tener fiebre. Prueba superada.

Hoy hemos ido a visitar a Tina, la señora que se hará cargo del muffin cuando papuchi y yo volvamos al trabajo. Tiene un jardín con columpios y una caja de arena y un juguetes varios en casa. Tiene también un cochecito. Lo único que tenemos que llevar nosotros son pañales, biberones (la fórmula la compra ella) y ropa de recambio. Chupetes no usa, y tampoco tiene ningún juguete o mantita inseparable. Hemos conocido también a la pedagoga que lleva todo el tema de dagpleje en la zona y nos han estado explicando qué hacen y cómo se organizan.

La peque estaba muy cansada cuando llegamos y aún así ha estado sonriendo a las dos señoras extrañas, con lo cual tengo la esperanza de que la transición no será demasiado difícil. De hecho, estoy bastante segura de que será más difícil para mí que para ella. De todas maneras, se hace de manera muy gradual. Empezaremos a mediados de octubre y supongo que hacia finales ya hará jornada normal - más o menos de 7.30 a 16.

Me acabo de dar cuenta de cuantísimas horas va a pasar allí en comparación con las que va a pasar conmigo. Me voy a un rincón a llorar un rato.

martes, 18 de agosto de 2015

Buscando su voz

El pequeño troll está experimentando con sus cuerdas vocales y nos tiene locos. Hasta ahora todo eran sonidos agradables, pero estos dos últimos días ha empezado con unos gritos rarísimos, cual diablo de Tasmania.

No sólo experimenta con el tono y la frecuencia, sino también con el volumen. Una locura. Crucemos los dedos para que dure poco...

Ayer hablamos con la responsable de guarderías de nuestra zona y nos dió la dirección del sitio donde le han ofrecido una plaza a la peque.
La señora en cuestión cuida de dos niños ya, de más de un año, y al ser nuestro troll tan pequeña ella sería la tercera y última criatura que aceptaría. Es decir, que aunque en general siempre hay 4 niños, en este caso sólo habría 3, para poder prestar más atención a nuestra peque. Me parece genial, la verdad. El viernes vamos a ir a conocerla y después aceptaremos la oferta (muy mal tendría que ir la cosa para que rechazaramos la plaza).


Mañana nos toca la primera vacuna, así que ya veremos cómo va la cosa. Seguiremos informando.

sábado, 15 de agosto de 2015

Solas en casa 2

Seis horas y media desde que papuchi se marchó esta mañana. Al menos seis horas más hasta que vuelva.

Por fín he podido poner a la peque a dormir en el sofá, después de más de una hora durmiendo encima de mí.

Últimamente le cuesta mucho dormir de día. Hace una power nap de quince o veiente minutos y vuelve a estar despierta y avispada, pero a la larga la falta de sueño pasa factura y acabamos cruzando la línea de cansada a demasiado cansada. La única manera en que duerme es conmigo. En mi regazo apoyada en un cojín o boca arriba encima de mí. Y cuando intento moverla al sofá se despierta llorando.

Cruzad los dedos para que sólo sea una fase.

En otro orden de cosas, ayer nos dieron plaza para octubre en lo que aquí llaman dagpleje. Aún no sabemos el sitio concreto (llamaremos el lunes) pero es bueno saber que cuando los dos volvamos al trabajo, la podremos dejar en algún sitio.

Dagpleje es normalmente una señora que tiene hasta 4 niños (de 0 a 3 años) a su cargo durante el día. Estas personas no tienen por qué tener estudios específicos, pero sí pasan una certificación por parte del gobierno para poder hacer lo que hacen (reciben también financiación estatal, con lo cual es un pelín más económico que una guardería).

Nos decidimos por este tipo de solución principalmente porque el pequeño troll solo tendrá 5 meses y pico cuando tanto mamuchi como papuchi tengan que volver al trabajo. Una persona para 4 niños es mejor que 4 personas para 15. Además en las guarderías hay tantos niños (diferentes clases y a menudo en instituciones integradas también niños más mayores, de hasta 6 años) que suponemos que se pondría enferma mucho más a menudo.

A la práctica, a veces estas personas que llevan dagpleje en la misma zona se juntan de vez en cuando, con lo cual la peque probablemente estará en contacto con más pequeñines, pero nunca tanto ni tan a menudo como en una guardería.

De todas maneras, hay bastante probabilidad de que nos mudemos en unos meses y en ese caso habría que buscar otra opción en otra parte.

Me rompe bastante el corazón pensar que mi niña va a pasar tantas horas con otra persona, casi más horas que conmigo, pero no hay alternativa. Así son las cosas a este lado del mundo.

viernes, 14 de agosto de 2015

El juguete perfecto

Normalmente no suelo hacer publicidad de marcas o productos en concreto, pero hoy he decidido hacer una excepción. Este juguete en cuestión me tiene enamorada.




El nombre oficial es Freddy the firefly (Freddy la luciérnaga), pero yo no le veo el parecido a una luciérnaga por ninguna parte, así que la hemos rebautizado como Lula la libélula. Es de la marca Lamaze (que ya he mencionado antes) y tiene de todo.

1. Gancho para colgar: esto unas veces me molesta un poco, pero otras es muy conveniente para llevarlo en el cochechito, en la sillita del coche o simplemente colgarlo del lateral de la cuna.

2. Cascabel en la cabeza. No hace falta añadir más.

3. Patrones con contraste en el dorso. Los bebés adoran los contrastes blanco/negro. Además al estrujarlas, crepitan.


 4. Multitud de texturas y colores brillantes. La bola azul además hace ruido al apretar (así tipo como los juguetes para perros).


5. Dos anillas en la cola que ahora mismo facilitan el manejo - recordemos que el pequeño troll aún tiene que mejorar su motricidad fina.

6. Espejo y mordedor.


Como había dicho, de todo. En general casi todos los juguetes de Lamaze me encantan, pero es que no se me ocurre qué se le podría añadir a éste que lo hiciera mejor.

En mi opinión, un absoluto must have para cualquier bebé de tres meses en adelante (la edad recomendada es de 0 a 24 meses, pero antes de los 3 no le van a hacer mucho caso).

miércoles, 12 de agosto de 2015

Diez verdades subjetivas

Hallelujah!

Ayer pusimos al pequeño troll boca abajo y elevó el torso por primera vez. ¡Por fín! Lo hizo varias veces y lo mantuvo arriba un poquito. Y antes de que se frustrara del todo, le dimos la vuelta.  Hoy hemos repetido, y ¡lo ha vuelto a hacer!

De resto, seguimos con las pedorretas y ahora añadimos power naps: media horita de siesta y está fresca como una rosa, preparadísima para varias horas más de actividad. Durante la noche, come cada 4 o 5 horas, que tampoco está mal. 

En estos tres meses he aprendido un montón de cosas y me gustaría dejar constancia de las 10 más importantes (o las 10 primeras que me vengan a la cabeza).

1. La lactancia es trabajo duro. Nadie te lo dice y todos te lo ponen como que es lo más simple del mundo y no es así. Intentar establecerla durante la estancia en el hospital es crucial, porque luego una sola en casa no sabe qué hacer.
Una vez establecida, para bebés exclusivamente amamantados, eso implica una sesión cada dos horas (y esta sesión puede ser de media hora a una hora al principio). En mi caso, desde el principio nos vimos obligados a combinar pecho y fórmula, y supongo que ha tenido sus cosas buenas y sus cosas malas (en mi opinión, más malas que buenas). 



2. Los bebés crecen megarápido. La mía especialmente, porque a 3 meses de edad ya lleva ropa de 6 y bien justita, pero en general todos. Ojo con gastarse una millonada en ropita de recién nacido, porque va a durar nada y menos. Los onesies o bodies de cuerpo entero, si se abren completamente de arriba a abajo mejor. Nuestra talla 62 ya era de esos que solo se abren en la entrepierna, y meter la cabeza por la abertura era a menudo muy trabajoso. 

3. Es imposible encajar a un bebé a tu rutina habitual. Son los papás y mamás los que tienen que adaptarse a la no-rutina del bebé. Eso es así, y punto. A menudo hay que dejar lo que sea que se está intentando hacer para estar con un bebé que quizás simplemente necesita companía. 

4. Las primeras semanas, comer con regularidad y ducharse con asiduidad son lujos. Dormir ininterrumpidamente es una utopía (y si alguien lo consigue, su bebé no está comiendo suficiente). 

5. Aunque al principio parezca imposible, una llega a conocer a su bebé y a saber qué es lo que le pasa. Eso no quiere decir que una siempre pueda solucionar el problema con facilidad, pero en general yo ahora ya se si tiene hambre, sueño o gases. 

6. La mayoría de las cosas que la publicidad insiste en vendernos, no nos hacen falta. El bebé no podrá sentarse por sí solo hasta los 5 o 6 meses (y ahí aún necesitará soporte lateral para no caerse), pero nosotros ya tenemos sillita desde el principio. Ocupando espacio para nada.
Los pañales más caros no son siempre los mejores. La loción para el culete no se usa en cada cambio de pañal, sólo cuando hay rojeces y en tan poquísima cantidad, que un bote nos va a durar para toda la infancia, creo yo (y compramos 3 porque estaban de oferta). 

7. Los juguetes serán prácticamente inservibles hasta los 3 meses. 

8. El enamoramiento absoluto paracon tu bebé, puede no pasar automáticamente después del nacimiento. Pero llega. Y sino, ojo con una posible depresión post-parto.

9. Cuando se está con el bebé, éste ocupará (o debería) toda tu atención. No se puede estar con la peque y estar viendo una peli o leyendo las notícias - no si se quiere que ese tiempo juntas sea de calidad. Usa el tiempo justo para hacer una foto de vez en cuando para colgar en Instagram. Aunque yo recomiendo echar un vistazo a las políticas de privacidad de las diferentes redes, antes de decidir qué compartir y cómo.

10. El instinto maternal es real. Papuchi a menudo dice pero es que tú sabes qué hacer y yo no. Y no es porque lo haya leído en un libro o me lo haya dicho nadie... simplemente a veces lo sé. Hay una cierta conexión que se va desarrollando con el tiempo y que hace que a veces mamuchi sea simplemente lo que la peque necesita. En parte es porque cada día conocemos al troll un poco mejor (ver punto 5) y en parte es porque a veces consigo escuchar a ese pedacito de mí que supongo vengo heredando desde tiempos inmemoriables.

jueves, 6 de agosto de 2015

Tick tack

Hoy ha tocado limpieza de armario. Dos bolsas de ropa que ya no le sirve. Sacar la talla 68 de las cajas donde estaba guardada.

La peque ya mide 65cm y pesa 7.2kg a 3 meses y un día de edad.

Esa es la largada media de un bebé de 5 meses y medio aquí.

El tiempo está pasando muy rápido y tengo la sensación de que se me escapa entre los dedos. Qué tristeza. Se está haciendo tan mayor tan deprisa, y mi familia (y amigos que son como familia) aún no la han visto.

Para colmo va mi madre y me dice que cuando menos me lo espere, estará ya en el cole.

Lloro.

Me voy a jugar un rato con el troll, vaya a ser que empiece la universidad mañana.

domingo, 2 de agosto de 2015

Como el rayo

Así de rápido evolucionan las cosas a veces.

Ayer fuimos de boda con la peque por segunda vez. Ella y Zacharias (un bebé un mes mayor que el troll) eran los únicos peques presentes y mi muffin se portó requetebien. ¡Cómo se llena una de orgullo en esos momentos! 
En la iglesia estuvo bien calladita, y durante la recepción y la cena estuvo a ratos despierta y a ratos dormida. Esto último es un lujo teniendo en cuenta la cantidad de ruido que había en la sala. El pobre Zach no pegó ojo, aunque sus padres (sentados a nuestro lado) se fueran turnando constantemente para intentar dormirlo o calmarlo. 

No fue del todo fácil, pero tampoco dramático. La verdad es que tenemos mucha suerte y nuestra niña es (por el momento) muy buena. Ahí está ahora, dormidita en el sofá. 

Y hablando con la mamá del otro peque, me contaba como hubo un par de semanas en que el chiquillo se desarrollaba a pasos agigantados. De un día para otro pasaban mil cosas.
Creo que nosotros estamos ahora en ese momento. Aquí los llaman tigerspring o salto de tigre, y el tercero suele pasar sobre las 12 semanas, i.e. ahora. El otro día hablaba de que se lleva cosas a la boca y cada vez lo hace más (también suele llevarse las manos a la boca, las dos a la vez con los puños cerrados). Reacciona a otros juguetes en general y está mucho más activa, expresiva y curiosa.

Pero lo que me tiene más feliz es, señoras y señores, la cabeza. Cada día se le da un poquito mejor (ojo, poquito a poquito) aguantar la cabeza, al menos en vertical. Si me la echo al hombro para eructar, sube la cabezita solita. Si la aguanto vertical, aguanta la cabeza erguida.
Aquí un Loki bobblehead
¡Al fín!

Para ser totalmente sincera, todavía es un poco bobblehead 
(como los monigotes esos que la gente a veces tiene en los salpicaderos del coche) pero ¡por lo menos va avanzando!

Papuchi y yo tenemos la esperanza de que en un mes más (para cuando viajamos) la peque ya tendrá mucho más control y será más fácil de manejar - como el pequeño Zacharías, que no necesita ningún tipo de asistencia y aguanta su cabeza bien erguida a todas horas. Sí, ya se que cada bebé es diferente y va a su ritmo, pero a girl can dream.

En otro orden de cosas, me he enamorado de los juguetes de Lamaze. Tanto, que estoy a la caza y captura de alguno que otro (es duro decidir pues hay muchos monísimos). Los diseños son geniales e incluyen cantidad de texturas, sonidos, materiales y colores brillantes.

¡Estimulando los sentidos a tope!

viernes, 31 de julio de 2015

En una nube

Estos días estoy mega enamorada de la peque. Nos tiramos en la cama a hablar y reir y jugar o me la pongo al hombro y bailamos o, debo admitir, la siento a mi lado a ver un poquito la tele.

Supongo que el hecho de que ya va haciendo más y más cosas e interacciona más con nosotros hace que disfrute más pasar tiempo con ella. Por ejemplo, hace dos o tres días que se llevó un juguete a la boca por primera vez. Su amado león. Cuando se lo enseño y lo hago sonar, sonríe y a veces lo agarra y se lo acerca a la boca para seguir inspeccionándolo.

Este es el primer juguete/sonajero
al que ha reaccionado.
También se lleva las manos a la boca constantemente, lo cual no es ideal, porque hasta el momento eso mismo era un signo de que tenía hambre y ahora ya no sé si es así. Además también saliva muchísimo y hay que secarle las babas casi constantemente. A esto último más vale que nos vayamos acostumbrando porque cuando los dientes empiecen a salir será un no parar.

(qué poco inspirada estoy hoy para escribir, me está costando mucho)

Este es el gimnasio de actividades
que nos regalaron
El martes pasado nos llevamos una gran sorpresa. Dejé al troll en su gimnasio y a papuchi con instrucciones de vigilarla y me fui al baño (porque sí, hace falta cierta organización hasta para ir a hacer pis). Cuando volví, la niña se había movido.
Le pregunté a papuchi si había sido él y pensó que estaba bromeando. Por primera vez, y sin que nadie la viera, la peque se habia desplazado ella solita.

Para que os hagáis una idea, si pensamos en el gimnasio como un reloj, yo la dejé a lo que serían las seis (cabeza a las doce, pies a las seis) y cuando volví estaba a las dos menos veinte (cabeza a las dos, pies a las ocho).
O se movió sola, o tenemos un Poltergeist en casa. Yo creo que es lo primero, pues últimamente está usando mucho las piernas e intenta empujarse hacia atrás con ellas. También hace intentos de darse la vuelta para ponerse panza abajo - lo cual sería ideal pues al llegar a esa postura de manera natural, alomejor empieza a odiar menos el tummy time.

Poco a poco también empieza a ganar control sobre la cabeza, cuando está en vertical, i.e. cuando alguien la tiene en brazos. Solo dura unos segundos y luego empieza a balancearse de nuevo, pero ¡algo es algo! En parte es culpa nuestra porque no la forzamos a estar boca abajo, pero ¿hasta qué punto tenemos que obligar a los peques a hacer algo que no quieren, sólo para que aprendan más rápido a hacer cosas que llegarán más tarde de manera natural?

Y con esa pregunta cierro la entrada de hoy, porque si empiezo a desarrollar el tema no paro (y porque el troll se acaba de despertar).


sábado, 25 de julio de 2015

Un bebé con carácter

Poquito a poco de camino a las 12 semanas y casi a los tres meses. ¡Qué locura!

El sábado pasado fuimos de boda con la peque. Teniendo en cuenta que eran dos horas de viaje en coche hasta el pueblo en cuestión, estamos muy agradecidos por cómo fue el día en general. La ceremonia fue corta y por lo civil, y el banquete fue en un hotel a unos 15 minutos del ayuntamiento. Éramos unos 35-40 invitados y todo fue íntimo y divertido. 


Por supuesto hubo un par de momentos de llantos y gritos - cuando mamuchi y papuchi no eran suficientemente rápidos preparando un biberón - pero fueron totalmente anecdóticos. ¡Ojalá la boda del sábado que viene vaya igual de bien!

Y ya puestos a pedir, ojalá la gente deje de preguntarme si no le doy el pecho al bebé. Yo sigo alucinando de como personas totalmente extrañas me preguntan semejantes cosas tan personales. ¡Qué le importará a la gente! ¿Por qué puñetas hay personas que se creen con derecho a opinar en estos asuntos? Es que aunque estuviera exclusivamente amamantando, si me fuera de boda me llevaría leche en un tarro y se la daría en biberón para no tener que sacarme la teta descubrirme el pecho en medio de la ceremonia. En fín, que cualquier día le doy un mordisco al siguiente que me pregunte.

Volviendo a temas más amenos. El pequeño troll está empezando a dejar de ser recién nacida. Como que le va saliendo más personalidad (y tiene un par de ovarios a veces). De repente no quiere tomar el biberón sentada, y la tienes que reclinar. Y luego no quiere que la acunes en tus brazos y la tiene que tener sentada en el regazo (mirando hacia afuera, para poder ver qué pasa alrededor). Esto último es bastante engorroso porque aún no puede aguantar la cabeza sola y hay que vigilar que no tenga el cuello muy para acá o muy para allá. 

Usa las manos más y más cada día y agarra el biberón y lo quiere manejar - lo cual es gracioso porque no tiene control de la motricidad fina y a menudo lo empuja fuera de la boca cuando lo que quiere es acercarlo. Que intente agarrar el pezón no es ni la mitad de divertido, sobretodo cuando las uñas no están suficientemente cortas... 
También empieza a tocar y agarrar muñecos cuando se le presentan y se engancha a ropas y cabellos disponibles. 

Tiene unas piernas muy fuertes (una más rechonchita que la otra) y si tiene una superficie cerca (una pared, un cojín...) camina y salta y corre que se las pela. ¡El día que aprenda a andar no va a haber quien la pare! 

Cada día vocaliza también más y más. Intenta pedir cosas con sonidos en lugar de llorar siempre. Y se queja... ¡vaya si se queja! Es confuso porque hace los mismos sonidos cuando estás jugando con ella, así que hay que aprender a distinguir las sutilezas del tono y el lenguaje. Pero ahí vamos, mejorando a diario (o eso quiero pensar). 

De lunes a jueves hemos estado pasando el día en un camping al sur de la ciudad, con la familia de papuchi. El jueves la peque tuvo suficiente y lo demostró hasta el punto de que me la llevé a casa y allí nos quedamos todo el día. Ella tenía un día malo (dolor de barriga y demás), pero es que mamuchi tampoco estaba muy fina... con lo que me pareció perfecto pasar el día solas en casa, aún con los problemas de gases. ¡Qué falta me hacía dormir esas horitas extra!
Y es que un camping y tanta gente son demasiados estímulos durante demasiado rato y demasiados días. Yo lo venía diciendo, pero entonces parece que no quieras estar con la familia política y quedas mal. Al final mamuchi tenía razón, como viene siendo normal.  

martes, 14 de julio de 2015

10 semanas

Me pasan los días volando y se me olvida escribir.

Y es que hemos estado ocupadas aquí en casa, intentando superar otro bache en la lactancia. De un día para otro el pequeño troll decidió que ya no quería más teta, y a mí se me partió el corazón. Como buena investigadora, mamuchi se puso a buscar posibles causas y soluciones y acabó como siempre en los benditos foros de Reddit, pidiendo opinión a otras madres en situaciones similares.

Entre unas cosas y otras, la peque vuelve a coger el pecho de vez en cuando (sobretodo de madrugada y por la mañana temprano, cuando aún está medio dormida). Y durante el día, mamuchi está a tope con el sacaleches, para mantener la producción al máximo y poder seguir con la lactancia tanto como pueda.

Aquí la susodicha
protegiendo su comida
Qué envidia me dan esas mamás que alimentan a sus retoños con tanta facilidad. Y qué poco entiendo a aquellas que deciden desde el principio que ellas no van a dar el pecho en absoluto.
Comprendo que habrá quien tenga el problema X y no pueda hacerlo, o quien lo pruebe y descubra que no es lo suyo, pero ¿ni siquiera probar?
Será que a mí me cuesta tanto que valoro mucho cada momento, pero de verdad que pienso que toda madre debería como mínimo intentarlo. Es tan íntimo, tan único, tan irrepetible (supongo que esto último es porque no lo hago tan a menudo como otras más afortunadas) y tan increíblemente mágico. El producir alimento para tu bebé, y ver a la peque crecer gracias a ti, seguir formándola después de nacer... Además de la comodidad de tener el alimento contigo 24/7 y no tener que pensar en hervir agua y esterilizar biberones o tener que cargar toda la parafernalia al ir a algún sitio.

Pero bueno, sus motivos tendrá cada una. Mientras luego nadie se arrepienta de no haberlo intentado...

A pesar de los problemas de lactancia (o precisamente porque nos vemos obligados a suplementar con fórmula), ella está creciendo a un ritmo apoteósico. 62 cm ya. Lleva la ropa de 3 meses y empieza a llevar la de 3 a 6. Que alguien la pare, porque yo ya casi no puedo con ella.

Y eso es lo importante, ¿verdad? que sea como sea, coma bien y crezca. Yo soy tan pro-lactancia como la que más, pero si la opción es suplementar o que ella pase hambre, obviamente se suplementa.

No se me ocurre nada así conclusivo/reflexivo/profundo ahora mismo para acabar el post, así que lo dejo así y listos. Sorry!

lunes, 6 de julio de 2015

Con el bebé a cuestas

Ayer la peque cumplió dos meses y para celebrarlo decidió, por primera vez, alargar el brazo para agarrar un juguete ella solita.


Puede parecer poca cosa, pero es un gran hito. Según un video que he estado viendo sobre el desarrollo normal de un bebé de dos meses (cosas que hace una), esto no empieza a pasar hasta los tres meses o los tres y medio. Lo mismo pasa con el llevar ambas piernas a la vez hacia el abdómen, cosa que el troll hace de vez en cuando desde hace días.

Antes de que echéis las campanas al vuelo y penséis que tengo una bebé superdotada, pensad que cada bebé es un mundo y que en el arte de aguantar su propia cabeza, mi pequeño troll está por detrás de la media. Aunque pensándolo mejor, ¿no será eso una señal de que su cabeza pesa más de lo normal porque mi hija es súper lista? (por favor, notad el tono satírico/bromístico). 

Pero bueno, tiempo al tiempo. Seguiremos intentando que haga tummy time, aunque lo odie.
¡Con las ganas que tenemos de que sujete la cabeza ella solita! 


Ergobaby Original
En otro orden de cosas, hoy por fín me he decidido a comprar otro baby carrier (el diccionario traduce el término como "cargador de bebé", pero a mí eso me suena a que tengo a la niña enchufada a la corriente). No se si lo mencioné antes, pero compramos un Ergobaby hace un mes o así. Lo probamos con el accesorio para bebés y aunque la peque se durmió y todo, a mí no me acabó de convencer teniendo en cuenta su tamaño. 
Me explico: Porque el Ergobaby es tipo mochila y tiene una estructura algo más rígida que otros carriers, es genial para bebés que ya tienen más control del cuello y la cabeza pero quizás no para mi troll.

La siguiente ilustración muestra la posición correcta en que los bebés tienen que ser transportados el primer año:

Total, que leyendo y leyendo decidí hacerme con otro tipo de artilugio más flexible y adaptable. He probado un Mei Tai y es genial pero demasiado parecido al Ergobaby que ya tenemos. Si no tuviera nada, probablemente habría comprado uno. Muy versátil, a medio camino entre los carriers más flexibles y los más estructurados.
He tenido la opción de probar un Moby wrap, pero sólo de pensar en la cantidad de nudos y vueltas que hay que darle se me han quitado las ganas. Después de mucho investigar, he acabado con un Caboo por varias razones:


1. Es fácil de poner. Muchas de las alternativas suponen un manual de instrucciones con una docena de pasos y nudos que hay que ir haciendo para, literalmente, liarte/atarte el bebé al torso. 
2. Ha sido relativamente barato.
3. La tela es algo más fina que otros que hemos visto (lo cual va bien para el verano y lo hace más fácil de transportar). 
4. Porque una de las mamás internacionales tiene una tienda de cosas de bebé y lo vende y esta mañana he ido a su casa a probarlo y me ha acabado liando. 

A ver si cuando baje un poco el sol salgo a probarlo y os cuento qué tal.


jueves, 2 de julio de 2015

No es de color de rosa

He estado dándole vueltas a algo que dijo una de las mamás de mi grupo ayer. Nada más empezar, cuando apenas nos habíamos presentado, se lanzó: "Yo necesito empezar diciendo que la maternidad no es de color de rosa como la pintan".

Esta chica en cuestión ha pasado la treintena y ha tenido el bebé a través de un donante, ella sola. Siempre había oído - de amigas y parientes - lo maravilloso que es ser madre, y por ahora se siente desbordada y algo estafada con la experiencia.

Las personas tenemos que aprender a explicarnos mejor. Para muestra un botón:

"El parto puede ser horrible, pero al tiempo se te olvida". Se te olvide o no, ese momento (quien dice momento dice 22 horas) no te lo quita nadie. Una no vive en el futuro y durante las contracciones no va a estar pensando "uf, no pasa nada, se me va a olvidar en unos mesecitos". Una vive en el presente y va a estar cagándose acordándose de todo su árbol genealógico.

Y es que los peros niegan o al menos restan importancia a todo lo que les precede. En el caso en cuestión:

"La maternidad es dura, pero compensa". Así uno se centra inconscientemente en el "compensa" y no en lo inmediatamente más importante (porque sí, luego compensará, pero al principio la esperanza de ese futuro no ayuda).
No, señoras y señores... la próxima vez digamos: "La maternidad es dura. [PAUSA]. Ánimo, con el tiempo uno se da cuenta de que compensa".
De esta manera, las personas pueden intentar hacerse una idea de lo que se les viene encima, que no es poco. Y digo hacerse una idea, porque hasta que uno no está en medio del meollo, no sabe lo que es.

En nuestro caso las primeras semanas fueron una mierda muy difíciles. Entre que no entiendes el por qué de los llantos, que no duermes demasiado, que no sabes bien cómo coger al bebé, que no tienes tiempo ni de ducharte... y todo eso sumado a todas las emociones que acompañan, la preocupación, el estrés, el miedo, la inseguridad... no es tarea fácil. Y nosotros éramos dos. Pienso en tener que hacerlo sola y se me pone la piel de gallina, no me lo quiero ni imaginar.
Además de que nuestro pequeño troll es una niña relativamente fácil, porque sino... si empezamos a sumar cólicos o bebés velcro (de esos que necesitan estar pegados a alguien constantemente)... me canso sólo de pensarlo.

Y en esos momentos, supongo que habrá quien se centre en la esperanza futura de que acaba compensando. Y habrá a quien le ayude. Yo me decía a mí misma que Si llora es porque necesita algo. Es su única manera de comunicarse. No lo hace para molestar o porque sí, lo hace porque no tiene otra manera de conseguir lo que necesita. Por supuesto también pensé que con el tiempo mejoraría, que yo la conocería y entendería mejor y que podría anticipar sus necesidades (lo cual he empezado a hacer), pero el "compensa" no me suele pasar por la cabeza. A mí es que la palabra compensar no me gusta. Es como que lo estás poniendo todo en una balanza y cogiendo cada cosita buena y cada cosita mala y llevando la cuenta.

Casi dos meses después del parto, las cosas han mejorado mucho. Por supuesto que aún llora, pero mucho menos - porque la entendemos mejor. También estamos empezando a entrever un inicio de rutina que nos permite organizarnos y hacer algo de vida. Además, por fín ha llegado el verano y eso siempre hace que todo sea más maravilloso. Pero yo creo que lo mejor de todo es que ya sonríe con premeditación. No únicamente cuando se está quedando dormida o cuando se tira un pedo.

Y creedme cuando os digo que el momento en que tu peque te mira a los ojos y se rie, cuando haces un ruidito y te contesta (y luego se ríe)... ese momento es mágico.

miércoles, 1 de julio de 2015

Terapia de grupo

Hoy ha sido la primera reunión del Mødregruppe, ese grupo de madres recientes y vecinas, y han venido a casa.

Humildemente he hecho sitio para todas las mujeres y sus bebés en sus respectivas cestas y la verdad es que ha ido bastante bien. Yo personalmente he hablado poco y mal (aún me cuesta bastante expresarme en el idioma local, sobretodo en temas tan personales) pero he escuchado atentamente. En el grupo hay un poco de todo y eso que sólo somos seis: madres solteras, niños sorpresa, un par de gemelos, madres que dan el pecho, madres que han dado fórmula desde el día 1, madres que tuvieron un parto facilísimo y otras que acabaron con cesaria. Una fantástica variedad que aporta una diversidad de experiencias de mucho valor. Ha habido lágrimas y risas, ha habido preguntas y comentarios y todo el mundo se ha sentido suficientemente cómodo para abrirse y desahogarse.

No se puede pedir más.


La semana que viene volvemos a vernos, esta vez en casa de otra de las chicas (con gemelos y el marido ya trabajando... increíble). A mí una vez por semana me parece un poco demasiado, pero principalmente porque me cuesta el idioma. En realidad, es buena práctica así que tampoco me voy a quejar.

Seguiremos informando.

martes, 30 de junio de 2015

Ocho semanas

El tiempo vuela y encontrar momentos para sentarme actualizar el blog se hace más y más complicado. Ocho semanas hoy... qué locura.

La pequeña ya está muchísimo más despierta - de hecho, la gente se suele sorprender de lo atenta que está y de la gran cantidad de contacto visual que hace con todo el mundo para la edad que tiene. Además, cada día aumenta más su repertorio de ruiditos varios con los que intenta comunicarse con el mundo. Es para comérsela :)

A veces hay momentos
inexplicablemente enternecedores
También empieza a usar las manos con un poco más de coordinación, sobretodo cuando se trata de agarrarme la mano con la que sujeto el biberón para asegurarse de que no me lo llevo. Intentar llevarse el biberón a la boca cuando se lo ofrezco es otro clásico. No nos engañemos, se sigue dando tortazos en la cabeza sin querer, pero cada vez menos.

Lo que no lleva demasiado bien es el levantar la cabeza cuando está panza abajo. Para ser totalmente sincera, lo lleva fatal. Y papuchi y yo tampoco le estamos haciendo ningún favor cuando se nos olvida ponerla panza abajo un ratito cada día... pero es que nos rompe el corazón ver como llora la criatura. Es un poco como una tortuga boca arriba, pero al revés. Y uno se plantea hasta que punto hay que obligar a un bebé a hacer cosas que no quiere hacer por su bien. Por supuesto todos los papás y mamás quieren que su retoño sea el primero en aguantar la cabeza, en gatear, en andar, en hablar... pero yo quiero pensar que con una cantidad de estimulación razonable todo llega a su tiempo.

Aquí parece que el verano está llegando por fin. Por suerte, poco a poco (y con mucha preparación) podemos ir haciendo más cositas. El domingo tuvimos una fiesta familiar y sobrevivimos (más o menos). Papuchi y yo acabamos siempre comiendo por turnos y no socializando demasiado (además se nos olvidó la alarma/monitor así que no podíamos dejarla sola durmiendo en el cochecito), pero tampoco es un gran problema. El día 18 de julio tenemos una boda... a ver qué tal se nos da eso.

El pequeño troll se ha plantado ya en los 5.5kg y no la hemos medido pero lleva ropa de la talla 62 con mucha comodidad. El domingo incluso le pusimos una chaqueta de la 68, remangada pero utilizable. Llevarla en brazos un rato largo empieza a ser un reto (sobretodo si hay que ir dando botecitos) y cada mañana al despertar me parece más enorme. Para cuando mi familia y amigos lleguen a verla va a ser un monstruo. Que por cierto, una señora me comentó el domingo que la peque tiene los dedos muy largos. Esto ya me lo había dicho mi tía, pero a mí me parecía que no... pues va a ser que igual sí. Manos de pianista que dicen... o de ladrona ;)

Y ya que he sacado el tema... cómo le gusta a la gente hablar y dar consejos que nadie ha pedido. El domingo me tuve que morder la lengua media docena de veces para no decirle a la gente que no se metan en lo que no les importa. Cuando no decían que le hacía falta un gorrito para el sol (atención porque estuvo nublado y lloviendo todo el día), me decían que le pusiera aceite en las cejas que las tenía secas (cosa que ya hacemos) o que cómo es que tan pequeña le estaba dando el biberón. En este último caso casi salto a la yugular y le digo a la buena señora (una tía de papuchi) que ya me gustaría a mí no tener que hacerlo pero que no hay más remedio. Es increíble el estigma que representa dar el biberón a un bebé cuando supuestamente sólo tienes que amamantarlo. Y es increíble que la gente comente en algo tan personal como es esto (no es la primera que me pregunta, ni será la última).

En fín, que nuestros días se van llenando de unas cosas y otras. Ayer hicimos la preinscripción a la guardería (bueno, enviamos la lista de preferencias a las autoridades) y mañana tengo visita de mi grupo de madres. Y es que aquí te ofrecen organizarte con un grupito de gente de tus alrededores que haya tenido una criatura más o menos al mismo tiempo que tú, para poder hablar de cosas y compartir experiencias con gente en la misma situación. La primera sesión es en mi casa. Cinco mamis más y seis bebés (una tuvo gemelos) que no se dónde voy a meter... pero algo haremos. A ver qué tal va.


jueves, 18 de junio de 2015

5 kilos

La pequeña es cada día menos pequeña. 58 centímetros y 5 kilos, a fecha de ayer.

Cabe decir que los 5 kilos pueden ser en realidad un poco menos, teniendo en cuenta la cantidad de caca que hizo el troll un par de horas después de ser pesada. Estaba yo cambiándole el pañal (sucio de caca) cuando de repente, ya limpia pero sin pañal nuevo, decidió hacer un poco más. Perfecto, pensé, porque hacía tres días que sólo encontrábamos pipí. Así que la limpié otra vez, y una vez limpia y a punto de recibir un pañal nuevo... otro apretón. Caca número 3. Vaya, con razón te quejabas tanto, si tenías todo esto dentro, le dije. Y procedí a coger más toallitas.
Esto se repitió una y otra vez hasta lo que fue la caca número siete. Sí, siete. No, no es una exageración. No puedo imaginarme como habría quedado el pañal si hubiera tenido que retener toda esa cantidad de material. Seguramente no habría podido retenerlo, así que bien por mi niña por evitarnos ese festival.

El domingo pasado tuvimos el bautizo. A diferencia de lo que se hace en España, aquí fue una celebración muy familiar: padres, abuelos y hermanos. Y una representante de mi familia también, por lo cual estaré siempre agradecida. No se cómo es la ceremonia en otras partes, pero aquí nosotros fuimos a la misa normal del domingo, y a la mitad del servicio nos llamaron y se hizo el bautizo (nada, ni 5 minutos) y seguidamente nos volvimos a sentar y la misa prosiguió con normalidad.
A pesar de que mamuchi empezó abriendo el libro de salmos aleatoriamente por la canción número 666, la peque se portó de manera ejemplar. Medio endormiscada al principio pero despierta después, y ni un sólo llanto hasta que estuvimos solos haciendo las fotos. Todo el mundo comentó lo buena y lo bonita que es. Feel like a boss.

Aquí se aprecia más o menos
el vestido tradicional. Nótese el
lazo lila en lugar del rosa de rigor
Y va a ser que sí que es buena. Llora, como todos los bebés, cuando necesita algo. Tampoco puede hacer más, angelito. Pero de resto es un amor. Ni siquiera llora tanto, creo yo. A veces cuesta ponerla a dormir, pero luego descansa 4 o 5 horas seguidas por la noche. Y lo más importante de todo, está sana.

Ayer le dieron la notícia a papuchi de que un conocido suyo (amigo de un amigo) había perdido a su bebé. Su mujer estaba embarazada de 6 meses cuando un día el médico descubrió que el feto había fallecido in utero.
Papuchi y el futuro papá habían estado bromeando online sobre que pronto él compartiría nuestro destino de cambio de pañales y noches en vela, y ahora de repente... esto. Cosas así ponen tu vida en perspectiva. Nos dieron ganas de darnos cabezazos contra la pared al recordar nuestras quejas porque la pequeña llora mucho o no se duerme. Tenemos suerte. Mucha suerte.

lunes, 8 de junio de 2015

El tiempo vuela

¡Madre mía! ¡Ya ha pasado más de un mes! 

De alguna manera parece que debería haber pasado muchísimo más tiempo, y a la vez ha pasado rapidísimo. Tan rápido, que ya empiezo a tener los clásicos momentos de ¡Oh no! ¡Se está haciendo tan mayor tan rápido! ¡No quiero que crezca!

Por un lado tanto papuchi como yo tenemos ganas de que responda un poco más y de que pueda aguantar la cabeza sola (nos parece tan frágil aún...), pero a la vez es aterrador ver lo rápido que está creciendo. Ya empieza a llevar camisetas de bebé de 3 meses (talla española, que son de 57 a 62cm), aunque le quedan un poco holgadas. Ya parece reconocernos mucho mejor (se nota especialmente cuando un extraño la tiene en brazos y empieza a llorar y se calma al volver a los brazos de mami) y sonríe más a menudo. Come más y mejor, aunque seguimos con los gases (y seguiremos un par de meses más). 

Todavía se nos hace muy duro salir por ahí con ella, pero poco a poco vamos haciendo. A ver si la acostumbramos a ir en el ergobaby (portabebés) y nos movemos un poco más.

En otro orden de cosas, hoy tenía hora para regularme las gafas (porque no veo bien ni con ellas ni sin ellas). Durante el embarazo te puede cambiar la graduación y así he ido, medio cieguita en la distancia durante todo esos meses. Ahora que el bebé ya está fuera, quería volver a ver el mundo con claridad y pasé por la óptica. Resulta que mientras sigas dando el pecho, la graduación puede seguir cambiando. ¡Yay! Así que tengo que esperar a dejar de dar el pecho (recomiendan que se de exclusivamente durante 6 meses y luego ocasionalmente hasta el año) para hacerme las gafas nuevas. O pagar dos veces. Creo que iré a una óptica más económica a pedir un presupuesto, porque es bastante incómodo tener estos dolores de cabeza. Y eso que aún no he empezado a trabajar...

martes, 2 de junio de 2015

El llanto fantasma

Si la última vez que escribí había sido un buen día, estos últimos han sido más bien regulares.

La peque sigue teniendo muchos gases atrapados (no tengo ni idea de cómo tremendos pedos salen de algo tan chiquitito) lo que se traduce en un sueño muy interrumpido. Y si ella no duerme, papuchi y mamuchi tampoco. Bueno, papuchi un poco más que mamuchi.

Y es que a mí se me da un poco mejor calmarle los nervios al troll, probablemente porque reconoce mi voz (después de meses oyéndome constantemente) y porque el dar el pecho parece que hace efecto ;) Esto frustra mucho a mi media naranja, pero los dos sabemos que mejorará cuando la peque empiece a ser un poco más consciente del mundo. Lógicamente saber algo y lidiar con ello no son la misma cosa, pero paso a paso.

Los gases ponen a la peque de mal humor...
 En fín, que han sido días de estar en la cama o el sofá con la peque encima durmiendo. Porque la única manera de que duerma más de diez minutos seguidos es tenerla encima o en los brazos e ir dando botecitos constantemente para que el aire vaya pasando y saliendo. Y aquí aprovecho para desmentir dos mitos muy arraigados a la cultura popular:
  1. Los bebés tan pequeños no se malacostumbran o malcrían por tenerlos en brazos constantemente. En realidad, necesitan el contacto (cuanto más mejor) para un desarrollo emocional sano. También necesitan que se les coja cuando lloran, tan pronto como sea posible. Contra lo que se suele oír, los bebés no tienen la capacidad de llorar premeditadamente cuando quieren ser arropados. Y aunque así fuera, si la peque necesita estar en brazos debe ser por algo (le duele algo, le asusta algo, se siente sola, está triste...). ¿Por qué negar una necesidad tan básica como es la de afecto y cariño? 
  2. En el caso de los bebés de pocos meses (no sé si después esto cambia o no), cuanto más y mejor duermen de dia, más y mejor dormirán de noche. No vale eso de Si duerme demasiado durante el día, después no dormirá de noche. Parece ilógico y de hecho yo aprendí esto hace poco y aún no he tenido la ocasión de confirmarlo, pero está sacado de una fuente fiable así que me lo creo.
Con las cosas como están, la peque llora un poco más de lo normal. Y de ahí el título del post: ha llegado un momento en que oímos llantos que no existen. Es como aquello que les pasa a algunos, que creen que han oído su teléfono sonar o vibrar, pero no.
A veces estoy en el baño y juraría que la oí llorar y salgo corriendo y la encuentro durmiendo plácidamente (esos 10 minutos de gloria). Creedme cuando os digo que es una mierda. Como si no tuviera poco con el número de llantos legítimos, como para sumar los imaginarios.

Para colmo el pequeño muffin está experimentando con sonidos nuevos, y por supuesto le da por hablar de noche. Porque mamuchi no se despierta cada dos por tres con cada ruido sospechoso (nótese la ironía).

Conclusión: Duermo poco y mal. O así me siento. Porque tengo que admitir que hay veces que la peque duerme 6 horas seguidas (normalmente de las 8 de la tarde en adelante), después de horas intentando ponerla a dormir. Yo aprovecho e intento dormir al menos 4 o 5 de esas horas... pero cuando "duermes"despertándote a cada rato y levantándote a ver si ha vomitado/regurgitado algo de leche o si está despierta o si se ha destapado... pues descansar lo que se dice descansar... más bien poco.

Pero eh, no es culpa de la peque. Si ella pudiera dormir mejor, lo haría. Y si pudiera decidir no tener gases, lo haría. Y si pudiera comunicarse de una manera más efectiva que un llanto o un grito, lo haría. Pero no puede, así que es tarea nuestra ser las personas adultas que somos y echarle un par.

viernes, 29 de mayo de 2015

24 días después

Hoy es un buen día. No sé exactamente por qué, pero así es.

La enfermera vino de visita de nuevo. La peque mide ya 56 centímetros y pesa 4.2kg. Algo debemos estar haciendo bien, porque últimamente hemos estado intentando darle menos fórmula pero sigue creciendo con normalidad (así que debo estar produciendo algo más de leche).

Aún no tenemos establecida una rutina, pero ha dicho que es normal. Yo esperaba que para el primer mes ya podríamos (más o menos) darle de comer siempre a la misma hora y esas cosas... pero no.
Por eso es tan difícil tener visitas, porque nunca sabemos cuándo vamos a tener tiempo libre. De alguna manera siempre estamos improvisando pero ha pasado casi un mes y aquí seguimos, todos vivos aún. También es más fácil que hace dos semanas cuando de verdad no teníamos mucha idea de lo que estábamos haciendo y los llantos y las frustraciones eran más comunes.
Todavía es muy duro, sobretodo el dormir poco y mal, pero ha mejorado. Cabe decir que la época del año también está influyendo. Te levantas a las 4.30 o 5 de la mañana y el sol ya ha salido y eso no tiene precio. A las 9 de la noche, el sol sigue ahí. No puedo (ni quiero) imaginar cómo sería todo si en lugar de cielos azules fueran días grises, oscuros y lluviosos continuamente.

Además, hoy por primera vez en casi un mes he podido darme una ducha como Dios manda. Con mascarilla, depilación, exfoliación... el pack completo. Sinceramente, me he sentido como una persona nueva y distinta al terminar. ¡Qué lujo! Y mi cuerpo está poco a poco volviendo a la normalidad, aunque las estrías en el vientre se asegurarán de que nunca vuelva a ser el que era. Pero supongo que no pasa nada, porque yo tampoco soy la que era.

Yo a día de hoy, aunque me he visto
así desde hace dos semanas


Ayer también fue un buen día. Fuimos al hospital a hacerme un análisis de sangre y luego al hipermercado. La peque se despertó un par de veces, pero no hubo drama (parece poca cosa, pero para nosotros fue todo un logro). Luego en casa estuvimos escuchando música y bailando al son de Clapton, Presley, The Beatles y (hay que admitir) The Backstreet Boys, entre otros. Es otra buena manera de alimentar ese vínculo que día a día va creciendo. La verdad es que lo disfruté mucho, probablemente más que la enana.

Y así vamos, día a día (casi hora a hora), navegando las aguas de la maternidad. De momento, viento en popa a toda vela. 

domingo, 24 de mayo de 2015

Ejercicios prohibidos



Cada dos por tres me doy cuenta de que hay mil cosas sobre la maternidad que nadie te explica de antemano. Por ejemplo, que los bebés son super ruidosos cuando duermen. Gruñidos, gemidos y hasta llantos. Mientras duermen. Y que las mamás tenemos una especie de radar incorporado que hace que escuchemos cada ruidito que hacen los peques, y nos despertamos.

Otra cosa que yo no sabía y que además la gente hace fatal es el tema recuperación del cuerpo pre-embarazo. Como es lógico en la sociedad de culto al cuerpo en que vivimos, toda madre reciente está deseando recuperar algo parecido a su cuerpo pre-embarazo. Por si las estrías no fueran ya suficiente cruz, la barriga ha quedado fofa y flácida, como globo desinflado.

Y cómo no, cientos de mujeres se ponen a hacer sus workouts en el gimnasio a la mínima que pueden levantarse de la cama. Craso error, amigas. En contra de lo que sugieren miles de páginas web aquí y allá, no es recomendable hacer ejercicio hasta pasados unos meses (sí, meses).

La causa es lo que se llama Diástasis de los rectos abdominales, y que es básicamente una separación de los músculos en el abdómen, tal que así:

diastasis.jpg
A la izquierda, como pueden quedar
los músculos después del embarazo

Hasta que la separación se reduzca (de manera natural), hay que evitar ejercicios como crunches, planks y relacionados, que casualmente son los que la gente suele hacer sin saber que su cuerpo aún no está preparado para ese esfuerzo.

La diástasis también puede afectar al suelo pélvico (aunque en ese aspecto yo estoy fantásticamente) y por eso se recomienda seguir con los clásicos Kegel a diario. Otras fuentes recomiendan una serie de ejercicios abdominales más leves, pero en cualquier caso estos deberían empezar a hacerse bajo supervisión de un fisioterapeuta, ya que es fácil hacerlos incorrectamente y dañar los músculos más superficiales, que aún no están preparados para el esfuerzo.

Y de todo esto yo me he enterado por casualidad, de mano de una amiga que además de bailarina sabe de fisioterapia y músculos y esas cosas del mundo del esfuerzo fisico.

Mamás recientes del mundo, dad a vuestro cuerpo un respiro. Ha estado cambiando durante 9 meses, no podéis pretender que vuelva a su estado original en 9 semanas.

sábado, 23 de mayo de 2015

Hormonas

Hacía tiempo que no me daba la llorera súbita y supongo que ya tocaba.

Los causantes: la falta de sueño (papuchi está resfriado y no se acerca a la peque, con lo cual me toca hacerlo todo a mí), lo bonita y frágil que es la pequeña troll y sobretodo, los persistentes problemas con el tema lactancia.

Aquí es cuando las cosas se ponen personales, y yo no soy amiga de compartir mis intimidades en la web, pero en este caso voy a hacer una excepción en favor de la catarsis asociada.

Para el que no lo sepa, hace ya cuatro años me operaron del tiroides resultando en una tiroidectomía total. A la práctica, eso me supone tomar una pastillita cada mañana y de resto hago vida normal.
O eso pensaba.

Nadie me dijo (lo cual no entiendo, pues ha habido un endocrinólogo siguiendo mi embarazo) que mi situación iba a ocasionar serios problemas a la hora de lactar. Que por no tener tiroides, lo más probable es que nunca llegue a producir suficiente leche como para amamantar a mi hija al completo. Que la terapia de sustitución hormonal no iba a reemplazar totalmente la función de mi extirpada glándula.

No me lo dijo el endocrinólogo, ni el médico de cabecera, ni la comadrona, ni la doctora del hospital, ni las enfermeras en el hotel post-parto. No me lo dijeron cuando vieron que me costaba arrancar. No me lo dijeron hasta ayer, cuando la enfermera que vino a casa decidió hablar con una colega suya con experiencia en casos similares.

"Pero no pasa nada, lo importante es que coma". "No hay nada malo en darle fórmula a la criatura". "Prueba el sacaleches una semana más, y si para entonces todo sigue igual, déjalo estar porque muy probablemente no va a mejorar". 

Me siento estafada. Me robaron el éxtasis post-parto y el enamoramiento instantáneo (de hecho, el cariz traumático del parto también ha influido en la problemática) y ahora me quitan la posibilidad de alimentar a mi pequeña y me obligan a darle un producto que, aunque ahora digan que "no hay nada malo en darle fórmula al baby", hasta ahora todo el mundo ha dicho que hay que tratar como si fuera medicación.

A pesar de todo, tengo la conciencia tranquila y no es culpa lo que me ataca sino pura y simple tristeza. Sí, el biberón haría ciertas cosas más fáciles, pues papuchi y yo podríamos hacer turnos y descansar más.

Pero la lactancia no es sólo cuestión de alimento. Es también poder confortarla y calmarla cuando está llorando, aliviarle los dolores, relajarla si se altera. Son esos momentos en que somos ella y yo, conectadas no sólo físicamente sino también de alguna manera inexplicablemente trascendental. Esos minutos de vinculación, de intimidad, de dependencia (la una de la otra). Esas miradas cómplices, esas sonrisas accidentales, ese bostezo al final... Todas esas cosas de incalculable valor.
Nadie te explica eso, porque no se puede explicar. Y desgraciadamente son cosas fáciles de obviar y dar por hechas, hasta que te las quitan. 


viernes, 22 de mayo de 2015

Solas en casa

Por fín he podido poner al pequeño troll a dormir. Lleva despierta desde... no sé, las 6 o así, creo (mi percepción del tiempo no es lo que era).

Papuchi ha salido hace una hora con su hermano y no volverá hasta dentro de dos o tres horas más, así que somos la peque y yo. Y diréis, ahora que está dormida aprovecha y haz algo más que ponerte al frente del ordenador. La verdad es que se puede despertar en cualquier momento, porque todavía tiene problemas de digestión (quien diga que nunca en la vida ha sido despertado por uno de sus propios pedos miente como un bellaco).

En fín, no se si es porque estos días hace sol y eso me pone de buen humor, pero parece que poco a poco le vamos pillando el tranquillo a esto. Por desgracia, no tanto como para darnos un viaje a casa tan pronto como nos gustaría... pero al menos mi mami viene al bautizo (que aquí, como es tradición, va a ser una fiesta íntima de unos 10 invitados).

Y pensar que si no fuera por la fórmula y los gases, esto sería TAN fácil... vale, igual no súper fácil, pero más llevadero seguro.

Qué bonita es mi niña - sobretodo cuando duerme